Esta propuesta busca comunicar, el estado de una cadena alimenticia que se mantiene bajo el poético manto de la mirada, que el país en general posee sobre un problema ambiental no menor, modificando la letra del himno nacional. Mediante datos recopilados de boca en boca y también otros, de fundamentación científica, con fuentes informativas como la universidad de concepción y sus proyectos de estudio marítimos, sitúa al espectador en una posición incomoda al establecerlo como un productor de desechos pero a la vez como el receptor inconsciente de alimento contaminado, estableciéndose así, un circulo vicioso que se alimenta mediante la comodidad y del cual no podemos escapar sin arriesgar. Este trabajo se basa en comunicar, en saber donde nos encontramos y nuestra causa y efecto ambiental, pero de ninguna manera promueve el activismo, que en este caso se inunda de una cínica actitud debido a que nadie arriesgaría su comodidad.
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